Trabajo demasiado hasta no poder más
huyo de todos y a veces hasta de mí
siempre la cabeza entre las nubes allá arriba
y en mi corazón hay una mujer que no existe.
Los demás me parecen todos robots de pilas
en esos motores que comen un poco de este cielo.
quién sabe cuánto tiempo soñaré en vela
en los ruidos de esta ciudad soy prisionero
de tantos amores dejados a mitad en mi diario
quizás de grande seré un solitario.
Algo de culpa también la tienes amor perdido
cuando elegiste una estrella en el cielo para recordar
ahora la miro y no puedo olvidarla
el caramelo que el tiempo deshace tiene dos sabores
aquella la frescura de la vida que va por nuevos amores
y aquel el sueño para quién es soñador.
No se oye, pero está en el aire y la noche se perfuma
de presente y de memoria que solamente al alba se disipa
es la ilusión y otras historias
una extraña clase de canciones solitarias.
Son canciones que sirven más de fondo
se pueden escuchar en el viento del sur que está llegando
o te las escribes a ti mismo yendo
son canciones del corazón para las cuales no hay mercado
no se pueden anunciar como un helado
quedan dentro de ti olvidadas
no se escucha, pero está en el aire.