Todo camino puede andar,
todo puede andar...
Con esta sangre alrededor,
no sé que puedo yo mirar...
la sangre ríe idiota,
como esta canción,
y ¿ante quién?
Ensucien sus manos como siempre...
relojes se pudren en sus mentes ya...
y en el mar, naufragó...
una balsa que nunca zarpó...
mar aquí, mar allá...
En un momento vas a ver,
que ya es la hora de volver...
pero trayendo a casa,
todo aquel fulgor...
y ¿para quién?
Las almas repudian todo encierro...
las cruces dejaron de llover...
Sube al taxi nena...
los hombres te miran,
te quieren tomar...
Ojo el ramo nena...
las flores se caen,
tenés que parar...
Vi la sortija,
muriendo en el carrousell,
vi tantos monos, nidos,
platos de café,
platos de café...
Guarda el hilo nena...
guarden bien tus manos...
esta libertad...
Ya no poses nena,
todo eso es en vano,
como no dormir...
Aunque me fuercen,
yo nunca voy a decir,
que todo tiempo por pasado fue mejor...
¡mañana es mejor!
Aquellas sombras del camino azul...
¿dónde están?
Yo las comparo con cipreses que vi,
solo en sueños...
y las muñecas tan sangrantes están,
de llorar...
Yo te amo tanto,
que no puedo despertarme sin amar...
y te amo tanto,
que no puedo despertarme sin amar...
¡No! nunca la abandones, ¡no!
puentes amarillos,
mira el pájaro...
se muere en su jaula...
¡No! puentes amarillos,
se muere en su jaula...
mira el pájaro,
puentes amarillos...
hoy te amo ya,
y ya es mañana...
¡Mañana!
¡Mañana!
¡Mañana!