Adiós rosa de Inglaterra,
ojalá florezcas en nuestros corazones.
Eras la elegancia que se colocaba
allí donde las vidas estaban hechas trizas.
Clamaste a nuestro país
y consolaste a los que sufrían.
Ahora ya estás en el cielo
y las estrellas deletrean tu nombre.
Y me parece que viviste tu vida
como una vela en el viento,
sin apagarse con el ocaso
cuando empezaba a llover.
Y tus pasos vendrán a parar siempre aquí,
por las más verdes colinas de Inglaterra.
Tu vela se ha apagado mucho antes
de lo que tu leyenda nunca lo hará.
La belleza que hemos perdido,
esos días vanos sin tu sonrisa,
esta antorcha que siempre llevaremos
para los niños de oro de nuestra nación.
Y, aunque lo intentamos,
la verdad nos hace llorar.
Todas nuestras palabras no pueden expresar
la alegría que nos brindaste durante años.
Y me parece que viviste tu vida
como una vela en el viento,
sin apagarse con el ocaso
cuando empezaba a llover.
Y tus pasos vendrán a parar siempre aquí,
por las más verdes colinas de Inglaterra.
Tu vela se ha apagado mucho antes
de lo que tu leyenda nunca lo hará.
Adiós rosa de Inglaterra,
ojalá florezcas en nuestros corazones.
Eras la elegancia que se colocaba
allí donde las vidas estaban hechas trizas.
Adiós rosa de Inglaterra,
de parte de un país perdido sin tu espíritu,
que echará de menos las alas de tu compasión
mucho más de lo que hubieras imaginado.
Y me parece que viviste tu vida
como una vela en el viento,
sin apagarse con el ocaso
cuando empezaba a llover.
Y tus pasos vendrán a parar siempre aquí,
por las más verdes colinas de Inglaterra.
Tu vela se ha apagado mucho antes
de lo que tu leyenda nunca lo hará.