Don Sixto, usted que es un árbol lleno de frutos,
que da luz a nuestro canto,
que da emoción, ternura a nuestros jóvenes,
no sabe la alegría que tengo yo y mi hijo Fernando
de estar con usted, y compartiendo.
Ckaniasjayki
chayan sonckoypi.
Sus palabras llegan a mi corazón,
huáuckey, hermano, César Isella y su hijo Fernando,
con su canción junto a las chacareras santiagueñas
lleguen a nuestros hermanos americanos.
Salgo a caminar
por la cintura cósmica del sur,
piso en la región
más vegetal el viento y de la luz.
Siento al caminar
toda la piel de América en mi piel
y ante mí sangra un
río que libera su voz, su caudal.
Sol de alto Perú,
rostro, Bolivia está en soledad,
un verde Brasil,
besan Chile cobre y mineral,
subo desde el sur
hacia la entraña
América y total,
una raíz, un grito
destinado a crecer y estallar
Todas la voces, todas,
todas las manos, todas,
toda la sangre puede
ser canción en el viento.
Canta conmigo, canta,
hermano americano, libera tu esperanza
con un grito en la voz.
Ciñe el Ecuador
de luz colombial
valle cafetal,
Cuba de alto sol
nombra en el viento a México ancestral,
continente azul
en Nicaragua busca su raíz
para que luche el hambre
de país en país por la paz.
Todas la voces, todas,
todas las manos, todas,
toda la sangre puede
ser canción en el viento.
¡Canta conmigo, canta,
hermano americano, libera tu esperanza
con un grito en la voz!