Desde Corrientes a Buenos Aires
un señor lo vino a buscar
cuando estacionó su auto
vino el barrio a saludar:
chau Cachito, chau, vas a ser campeón,
desde aquí te alentaremos por la televisión.
En la noche del debut
Corrientes estaba prendido
y un solo grito se oyó
cuando el correntino entró:
Vamos Cachito, vamos, debes ser el campeón,
desde aquí te alentaremos por la televisión.
El correntino saltarín mostraba su inocencia
y entre las cuerdas se vio sangrar sus redondas cejas.
Qué pensará mi madre
ay, ay sí, qué pensará.
Qué pensará mi barrio
ay, ay sí qué pensará.
Qué me estará pasando
que no lo puedo parar
éste me está matando de verdad...
Cómo estará mi madre
ay, ay sí, cómo estará.
Cómo estará mi pueblo
ay, ay sí, cómo estará.
Llora, Corrientes, llora
la derrota de su campeón.
El jueves llega Cachito
en el micro de las dos,
y ese señor del auto
no aparece por Corrientes
porque dice que es suficiente
el dinero que ganó.
Y ese señor del auto
no aparece por Corrientes
porque dice que es suficiente
el dinero que ganó.