No puedo separar mis ojos de tu cara
Buscando descubrir, a fuerza de tesón,
Alguna solución que no desembocara
En este mar cruel de la separación.
Yo trato de cambiar, por otra melodía,
El tema de este amor a punto de acabar,
Inútil menester pues tú, de noche y día,
El son de mi canción te niegas a escuchar.
Está tan lejos tu llanto apasionado,
Tu alegre sonreír de claro cascabel,
Y el eco de tu voz tan aterciopelado,
Tan suave y tan igual al roce de tu piel.
Se acabó, se terminó, de un gran amor
el fin llegó, c’est fini, fini, fini,
fini, fini, fini, fini.
No quiero ni pensar, que de una forma breve,
Mi tierno y loco amor va a desaparecer,
Y que se va a fundir, como un terrón de nieve
Se funde al darle el sol cualquier amanecer.
Yo quiero aparentar que creo en lo imposible,
Y frente a tu rencor me suelo sonreír,
Mas esta situación es tan insostenible,
Que al suelo sin tardar se tiene que venir.
Yo sé que no hallaré la luz de otra mirada
Que pueda distraer mi desesperación,
Y cada despertar, con voz atormentada,
Febril te llamará mi viejo corazón.
C’est fini, fini, fini, fini, fini, fini, fini,
C’est fini, fini, fini, fini, fini, fini, fini,
C’est fini, fini, fini, fini, fini, fini, fini,
C’est fini, fini, fini, fini, fini, fini, fini.