En un tordillo de buena estampa
luciendo un poncho rojo y azúl
por ver los ojos de una gauchita
llegué a tus montes Burruyacú.
Mientras la luna, lampara tierna
sobre los campos daba su luz
pasé cantando mis vidalitas
por tus arenas Burruyacú.
Se van los tiempos
como unas hojas en el otoño se van, se van
pero te llevo siempre en el alma
mi pago lindo mi Tucumán.
A mi gauchita como recuerdo
le dí mi poncho rojo y azúl
y una mañana me fuí del pago
y adiós te dijé Burruyacú.
Tal vez un día busque tu sombra
y allí descanze bajo una cruz
mientras la luna pasa besando
tus chañarales Burruyacú.
Se van …