Tienes los ojos de tu padre,
la boca de tu madre,
en tu rostro, ambos siguen estando juntos.
Te destrozó el amor,
es mi propio veneno,
26 cartas y seguimos sin llamarnos.
Es un dolor de lujo el tuyo,
escrito con tinta negra que
tiras por la ventana si no te gusta lo que ves.
No te preocupes, amor mío (venga),
existes tú, existo solo yo (venga),
nos rechazan, nos apedrean, y con esas piedras
construiremos una pared.
En la salud y en la enfermedad,
la querré, la querré hasta la muerte.
En la salud y en la enfermedad,
la querré, la querré hasta la muerte.
Hasta la muerte, hasta que,
hasta la muerte, hasta que
nos separe, nananana nanana.
Hasta la muerte, hasta que,
hasta la muerte, hasta que,
hasta que la muerte nos separe, nananana nanana,
nananana nanana (hasta que la muerte nos separe, nanana).
Y ahora bésame fuerte
entre los cuadros del museo,
mientras gritas "has cambiado" y respondo "no es verdad".
Es un amor de lujo el mío,
escrito además con lágrimas
y con la obsesión por el sabor del dolor.
Tú quieres decidir por vocación
y convertirte en mi carcelero.
No sé dónde está el truco pero sí sé lo que pretendes:
controlar desde la distancia.
En la salud y en la enfermedad,
la querré, la querré hasta la muerte.
En la salud y en la enfermedad,
la querré, la querré hasta la muerte.
Hasta la muerte, hasta que,
hasta la muerte, hasta que
nos separe, nananana nanana.
Hasta la muerte, hasta que,
hasta la muerte, hasta que,
hasta que la muerte nos separe, nananana nanana,
Bésame hasta que quieras,
bésame como si lo hubiéramos inventado nosotros,
acéptame con todas mis heridas,
acéptame durante toda la vida.
En la salud y en la enfermedad,
la querré, la querré hasta la muerte.
En la salud y en la enfermedad,
la querré, la querré hasta la muerte.
Hasta la muerte, hasta que,
hasta la muerte, hasta que
nos separe, nananananana.
Hasta la muerte, hasta que,
hasta la muerte, hasta que,
hasta que la muerte nos separe, nananananana,