La llamaban Boca de Rosa
Ponía al amor, ponía al amor
La llamaban Boca de Rosa
Ponía al amor por encima de todo.
Apenas se bajó en la estación
En el pueblito de Sant'Ilario
Todos se dieron cuenta con una mirada
de que no se trataba de un misionero.
Hay quien el amor lo hace por aburrimiento
Quien se lo elige de profesión
Boca de Rosa ni una cosa ni la otra
Ella lo hacía por la pasión.
Pero la pasión a menudo conduce
a satisfacer las propias ganas
Sin indagar si el codiciado
tiene el corazón libre o tiene esposa.
Y así fue como de un día para otro
Boca de rosa se arrojó encima
La ira funesta de las perritas
A las que había arrebatado el hueso.
Pero las comadres de un pueblito
no brillan ciertamente por iniciativa
Las contramedidas hasta ese punto
se limitaban al vituperio.
Se sabe que la gente da buenos consejos
Sintiéndose como Jesús en el templo
Se sabe que la gente da buenos consejos
si ya no puede dar un mal ejemplo.
Así una vieja que nunca ha sido esposa
Sin hijos, sin más ganas
Se tomó la molestia y por supuesto el gusto
de dar a todas el consejo adecuado.
Y dirigiéndose a las cornudas
Les apostrofó con palabras ingeniosas:
"El robo de amor será castigado-
-Dijo- por el orden constituido".
Y aquéllas salieron por el comisario
Y le dijeron sin parafrasear:
"Esa sucia ya tiene demasiados clientes,
más que un consorcio alimenticio”.
Y llegaron cuatro gendarmes
con los penachos, con los penachos
Y llegaron cuatro gendarmes
con los penachos y con las armas.
A menudo los polizontes y los Carabineros
Incumplen con su deber
Pero no cuando están en uniforme de gala
Y la acompañan al primer tren.
En la estación estaban todos
Desde el comisario hasta el sacristán
En la estación estaban todos
Con los ojos rojos y el sombrero en mano.
Para despedir a quien por un momento
Sin pretensiones, sin pretensiones
Para despedir a quien por un momento
Trajo el amor al país.
Había un cartel amarillo
con un escrito negro
Decía: "Adiós Boca de Rosa
Contigo parte la primavera".
Pero una noticia un poco original
No necesita de ningún periódico
Como una flecha, desde el arco se dispara
Vuela veloz de boca en boca.
Y en la siguiente estación
Había mucha más gente que cuando partía
Quien manda un beso, quien tira una flor
Quien se reserva por dos horas.
Incluso el párroco que no desprecia
entre un miserere y una extremaunción
El bien efímero de la belleza
La quiere al lado en la procesión.
Y con la Virgen en primera fila
Y Boca de Rosa no muy lejos
Se lleva de paseo por el país
El amor sagrado y el amor profano.