Ahora eres un hombre nuevo.
El trabajo, la casa y corres como siempre,
te saltas las comidas, te quemas por poco, poco.
Polos opuestos en una casa en un árbol.
Como hojas vacías, nos llenábamos el uno al otro.
Lo llamas "amor" a pesar de que estás mejor con tus ojos.
En un recuerdo, una pequeña princesa que ama.
Le gritaste en silencio: "Piensa en mi en veinte años
o márcame como Dalla.
Dejaré mis dedos en el pianoforte que tienes en casa".
Te encabronarías con las moscas.
Si duermes mal durante el día después la casa es una trinchera.
Mi disco, como Wellebeck, es víctima de sí mismo.
Es un error querer ser como quisieras que sea.
Me refugiaré, me refugiaré
sobre una cama de hojas pero no miro abajo.
Me defenderé, me defenderé
aunque me haya pintado el corazón y la cara de azul.
No lo pienses más, no lo pienses más.
Sé que en alguna parte está mi gente.
Me refugiaré.
¿Dónde tengo la cabeza? No lo recuerdo.
Y mi vecino, si le escribo, tiene la piel de gallina.
Soy yo quien ha perdido la percepción
de las canciones que perfecciono más allá del estado de ánimo.
Añado con el pie correcto lo que no comunica nada
cuando estoy triste y las mejores cosas son las más estúpidas
oraciones que forman cosas absurdas.
Y he probado todo pero nunca parece suficiente.
Y siempre sabes todo, sabes sorprenderte.
Cada tanto somos nosotros sólo cuando estamos solos.
O somos un mundo de cosas en una sola persona.
Me refugiaré, me refugiaré
sobre una cama de hojas pero no miro abajo.
Me defenderé, me defenderé
aunque me haya pintado el corazón y la cara de azul.
No lo pienses más, no lo pienses más.
Sé que en alguna parte está mi gente.
Me refugiaré
¿dónde? Todavía.
¿Dónde? Todavía no sé.
Me refugiaré
¿dónde? Todavía.
¿Dónde? Todavía no sé.
Me refugiaré, me refugiaré
sobre una cama de hojas pero no miro abajo.
Me defenderé, me defenderé
aunque me haya pintado el corazón y la cara de azul.
No lo pienses más, no lo pienses más.
Sé que en alguna parte está mi gente.