Acostumbrabas a llegar siempre tarde,
con una baraja de excusas en las manos.
Yo era la primera en decir que no me importaba,
lo entiendo.
Grabé todas mis canciones en una cinta,
tenías todo lo que dije en tu mano
y no creo que las escucharas ni una sola vez,
lo entiendo.
Esperando, aún con alguna esperanza de que aparezcas,
dijiste que llamarías, está claro que no lo harás, tendría que haberlo imaginado.
Otra vez que no estás aquí, no me sorprende,
me fastidia haber tardado tanto en darme cuenta.
O no te acuerdas o directamente te da lo mismo,
hoy es mi cumpleaños
y todavía no has llegado,
todavía no has llegado.
Sentada de piernas cruzadas al teléfono,
son las 2 de la mañana, las velitas se han consumido
y podría aparentar que no pasa nada,
lo entiendo, pero no.
Esperé, tendría que haberlo imaginado, no aparecerías.
Y no soy más que un tonta que pasó su cumpleaños completamente sola.
Otra vez que no estás aquí, no me sorprende,
me fastidia haber tardado tanto en darme cuenta.
O no te acuerdas o directamente te da lo mismo,
hoy es mi cumpleaños
y todavía no has llegado,
todavía no has llegado.
Nunca pedí nada más que un ¡feliz cumpleaños!
Nunca pedí nada más que ¡feliz cumpleaños!
Otra vez que no estás aquí, no me sorprende,
me fastidia haber tardado tanto en darme cuenta.
Eso no lo recuerdas, ¿verdad?
O te da lo mismo,
hoy es mi cumpleaños
y todavía no has llegado,
todavía no has llegado.
Todavía no has llegado.
Todavía no has llegado.