Toda la noche el ruiseñor nos silbaba,
La ciudad fue callada y las casas también,
Los racimos fragantes de la acacia blanca
Toda la noche nos perdía la mente.
Los racimos fragantes de la acacia blanca
Toda la noche nos perdía la mente.
El jardín refrescado por el primaveral diluvio,
Todo el rehoyo de agua se llenó,
Dios, como éramos entonces ingenuos,
Éramos jóvenes nosotros, tú y yo.
Los años volaron, con las canas dejándonos,
Arrancando las hojas de las acacias vacías,
Solo el invierno y las tormentas de nieve
Tal vez otra vez nos recordaran a ellas.
Opción 2, verso 2:
Los años volaron, con las canas dejándonos,
¿La pureza viva de las ramas, donde quedo?
Solo el invierno y las tormentas de nieve
Nos recordaran a ellas en el día de hoy.
A la hora del viento muy implacable,
Y cuando en las ventanas nada se ve,
Los racimos fragantes de la acacia blanca,
Ayúdame recordarlos por un momento tal vez.
Los racimos fragantes de la acacia blanca,
Ayúdame recordarlos por un momento tal vez.
Opción 2, verso 3:
A la hora del viento muy implacable,
Lo siento muy fuerte con la plenitud
Los racimos fragantes de la acacia blanca,
No volverán, como y mi juventud.
Los racimos fragantes de la acacia blanca,
No volverán, como y mi juventud.