Ocho en punto una noche de viernes,
sigo en casa.
Todas mis chicas siguen bombardeando mi teléfono,
diciendo: "Vamos, no vale la pena sufrir por ello.
Haz lo que tengas que hacer para olvidar su nombre".
Ahora sólo me queda algo por hacer.
Ponerme mi vestido favorito y altísimas botas de cuero.
Revisar en el espejo una última vez.
Darle un beso de despedida al pasado.
Lo que realmente necesito ahora
es un doble trago de Corona,
perseguir esa bola de discoteca alrededor
hasta no recordarlo.
Seguir hasta que me lo corten.
Quiero perderme un poco
en el ruido, en las luces.
Oye, cantinero, sírvelas bien esta noche
hasta que la fiesta y la música y la verdad colisionen.
Sírveme hasta que su recuerdo se desvanezca.
Oye, cantinero.
Esta noche dejaré que un extraño me saque a bailar.
Que me haga girar y le dejaré invitarme un par más.
Pero antes de que vaya demasiado lejos,
me la llevaré tranquilamente
pues esta noche se trata de
bailar con mis chicas al son del DJ.
Repite esa canción.
Lo que realmente necesito ahora
es un doble trago de Corona,
perseguir esa bola de discoteca alrededor
hasta no recordarlo.
Seguir hasta que me lo corten.
Quiero perderme un poco
en el ruido, en las luces.
Oye, cantinero, sírvelas bien esta noche
hasta que la fiesta y la música y la verdad colisionen.
Sírveme hasta que su recuerdo se desvanezca.
Oye, cantinero.
Siento ese zumbido.
Estoy lista para bailar.
De ningún modo te voy a decir que te detengas.
Así que sírvela hasta el tope.
Vengo con todo.
Oye, cantinero.
Lo que realmente necesito ahora
es un doble trago de Corona,
perseguir esa bola de discoteca alrededor
hasta no recordarlo.
Seguir hasta que me lo corten.
Quiero perderme un poco
en el ruido, en las luces.
Oye, cantinero, sírvelas bien esta noche
hasta que la fiesta y la música y la verdad colisionen.
Sírveme hasta que su recuerdo se desvanezca.
Oye, cantinero.