Cuánta pena esta noche
hay en el río que resopla así,
desgraciado quien sueña y espera,
todos en el mundo debemos sufrir,
pero si un alma busca la paz,
sólo puede encontrarla aquí...
El barquero va contra corriente
y cuando canta, el eco se resiente.
Si es verdad, río, que das la paz,
río mágico, no me la niegues...
Más de un mes ha pasado
desde que una noche le dije a Ninetta:
- Este amor ya se ha ido.
Ella respondió: - Puedo verlo...
Suspiró, luego me dijo: - Adiós, amor,
pero no me olvido de ti.
Corrí tras ella, pero... no llegué,
la sigo buscando y nunca la encuentro...
Si es verdad, río, que das la paz,
me arrepentí, déjame encontrarla...
Justo al lado del barco
veo una sombra sobre el agua: por aquí
da vuelta y es un remolino,
luego va abajo y reaparece más allá...
¡Daos prisa... es una mujer ahogada!
Pobrecita, estaba sufriendo, ¿quién sabe?
La luna desde arriba se asoma...
ilumina la cara de Ninetta bella...
Me pidió paz y se la negué...
Río bonachón, se la diste tú...
Quiero perderme río arriba o abajo,
así quien te ama muere contigo...