La luna pone el cielo gris
sobre la gran ciudad
y están los puentes de París
casi en la obscuridad.
Allí fue donde te escuché
con fondo de un acordeón
unas palabras que olvidé
perdidas en una canción.
Los puentes de París
supieron nuestro amor.
Bajo algún puente me diste aquel beso,
y desde entonces te quiero por eso.
El Sena busca el mar
y te hablará de mí
y te dirá que me han visto llorar
los puentes de París. (bis)