No quiero decir que tengo miedo de morir.
No soy buena para las despedidas; no puedo disculparme.
Y si no me detengo ahora, ¿me seguirá todo el tiempo?
Supongo que debo intentarlo; es el arte de irlo sobrellevando.
Pues hundí algunos barcos con labios egoístas
y todo se me vino de vuelta.
Estaba aterrorizada; nunca les dije por qué.
Y las canciones que escribí sobre corazones que rompí
jamás llegaban de a gratis.
Engañé y mentí pero cuando lloré fue de verdad.
Así que, ¿qué se dice cuando pierdes el rumbo?
El pasado está en el pasado; no se supone que deba durar.
Pero si no puedo soltarlo, ¿me cargarás rumbo a casa?
¿Podemos celebrar al final? Lo pregunto para una amiga.
Pues llené la cama con mis arrepentimientos
pero todavía no me mata.
Nada de eso importó; nada de eso importó.
Y el desastre que hacíamos los viernes
me daba domingos de rodillas,
pero tú aún importas; tú aún importas.
Tú aún importas.
Tú aún importas.
Tú aún importas.
Tú aún importas.
Tú aún importas.
Tú aún importas.
Tú aún importas.
Tú aún importas.
No quiero decir que tengo miedo de morir.
El pasado está en el pasado; no se supone que deba durar.
Pero si no puedo soltarlo, ¿me cargarás rumbo a casa?
¿Podemos celebrar al final? Lo pregunto para una amiga.
A casa,
¿podemos ir?
¿Podemos ir?
¿Podemos ir?
A casa,
¿podemos ir?
¿Podemos ir?
¿Podemos ir?
A casa,
¿podemos ir?
¿Podemos ir?
¿Podemos ir?
A casa,
¿podemos ir?
¿Podemos ir?
¿Podemos ir?