Late otra vez
con esperanzas mi corazón,
pues ya va terminando el verano
por fin...
Vuelvo al jardín
con la certeza de que debo llorar.
pues bien sé que no quieres volver
conmigo...
Me quejo a las rosas,
pero qué bobada,
las rosas no hablan,
simplemente las rosas exhalan
el perfume que roban de ti, ¡ay!
Deberías venir
para ver mis ojos tristones
y, a lo mejor, soñarías mis ojos
por fin...