Mientras me sentaba tristemente a su lado,
En la ventana, por el cristal,
Ella acarició a un gatito en su regazo,
Y miramos el mundo mientras se volvía pasado,
Suavemente me dijo estas palabras a mí,
Y con nuevos ojos, abiertos perplejos,
Presionamos nuestras caras al cristal,
Mientras me sentaba tristemente a su lado.
Ella me dijo: "Padre, madre, hermana, hermano,
Tío, tía, sobrino, sobrina,
Soldado, pescador, físico, obrero,
Actor, científico, mecánico, sacerdote,
Tierra y luna, y sol y estrellas,
Planetas y cometas con colas brillantes,
Todas están allí por siempre cayendo,
Cayendo cariñosamente y maravillosamente."
Entonces ella sonrío y se giró hacia mí,
Esperando una respuesta,
Su pelo caía sobre sus hombros,
Mientras me sentaba tristemente a su lado.
Mientras me sentaba tristemente a su lado,
El gatito ella me lo pasó,
A mí, y de nuevo presionamos,
Nuestros rostros diferentes al cristal,
"Eso debe ser realmente bueno", dije,
"Pero mirar al uno cayendo por la calle,
Verle saludar a sus vecinos,
Verle tropezar entre sus pies,
Todo en movimiento exterior no conecta con nada,
Porque cada uno está preocupado por su necesidad inmediata,
Presencia al hombre subiendo por la cuneta,
Mira al otro tambaleándose quién no puede ver"
Con la mano temblorosa me volví hacia ella,
Y la aparté el pelo de sus ojos,
El gatito saltó de nuevo a su regazo,
Mientras me sentaba tristemente a su lado.
Entonces ella cerró las cortinas,
Y dijo, "Cuándo aprenderás,
Que lo que pasa ahí más allá del cristal,
No es asunto tuyo?
Dios no te ha dado nada más que un corazón,
No eres un hogar para los corazones de tus hermanos,
Y a Dios no le importa tu benevolencia,
Ni la de los demás,
Tampoco le importa que te sientes,
En ventanas juzgando el mundo que Él ha creado,
Mientras el sufrimiento se apila a tu alrededor,
Feo, inútil, e hiper-inflado."
Y después volvió su cabeza,
Grandes lágrimas resbalando en sus ojos,
Y no pude quitarme la sonrisa de la cara,
Mientras me sentaba tristemente a su lado.