Perdona si te hago llorar,
perdona si te hago sufrir,
pero, es que no está en mis manos...
Pero, ¡es que no está en mis manos!
Me he enamorado...
Me he enamorado...
Me enamoré...
Perdona si te causo dolor,
perdona si te digo hoy adiós;
¿Cómo decirle que te amo?
¿Cómo decirle que te amo,
si él me ha preguntado
y le he dicho que no?
Le he dicho que no...
Soy honesta con él y contigo:
a él le quiero y a ti te he olvidado.
Si tú quieres,
seremos amigos;
¡yo te ayudo a olvidar el pasado!
¡No te aferres!
¡No te aferres
a un imposible!
Ya no te hagas
ni me hagas más daño...
Aaah...
Tú bien sabes
que no fue mi culpa;
tú te fuiste sin decirme nada
y, a pesar que lloré como nunca,
yo seguía de ti enamorada.
¡Pero te fuiste
y, que regresabas,
no me dijiste!
Y, sin más nada,
por qué, no sé...
Pero fue así...
Así fue...
Te brindé la mejor de las suertes,
me propuse no hablarte ni verte
y hoy que has vuelto,
ya ves, sólo hay nada:
¡ya no puedo ni debo quererte!
¡Ya no te amo!
Me he enamorado
de un ser divino;
de un buen amor
que me enseñó
a olvidar
y a perdonar...
Soy honesta con él y contigo:
a él lo quiero y a ti te he olvidado.
Si tú quieres,
seremos amigos;
¡yo te ayudo a olvidar el pasado!
¡No te aferres!
¡Ya no te aferres
a un imposible!
Ya no te hagas
ni me hagas más daño...
Aaah...
Aaaah...