Yo te doy la enhorabuena
por el gusto que has tenío,
vivan los hombres rumbosos
que presumen de apellío.
Es el doble más bonita
de lo que yo imaginara,
además es señorita,
lo lleva escrito en la cara.
Qué diferente mi sino,
gitanita canastera,
piedra de tos los caminos.
Maldito sean mis labios,
por los besos que te di.
Maldita sea la hora
en que yo te conocí.
Permita Dios que te vea
ir de cancela en zaguán,
y que nadie te socorra
con un cachito de pan.
Descuida, serrano,
de esta cuentecita
en paz quedaremos.
Arrieros somos,
y tarde o temprano,
en el caminito
nos encontraremos.
Te vas a quedar reinando
en mi clisos de gitana,
y te irás enamorando
de la noche a la mañana.
Tengo que verte pidiendo
caridad por mis umbrales,
y yo decirte riendo:
anda, ve y que Dios te ampare.
El día que tú te mueras
voy a poner por Sevilla
luminarias y banderas.