Oh, tú estepa, oh sí, tú estepa
Oh sí la basta estepa
Se extendió lejos, muy lejos
Extendiéndose como la hierba en un canoso siglo
hasta la sagrada colina
en la arboleda seglar
¡Arkaim!
Con un vívido eco, la voz de un siglo de arena
Escuchamos en los matorrales del desierto en la medianoche
Aquí deambula la sombra de la era del legado
el cual se ocultó en las sagradas ruinas
Los ojos marchitos de un chamán canoso
ven junto al pie de las lejanas colinas
A las manos, que dirigieron la antigua tradición
que el humo del fuego ocultó detrás del palacio de los sueños.
Aquí la era del universo es perseguida, como los vientos
Se agita con una mano de arena el secreto de Arkaim
Un Terem está sujetado al círculo de Rod
Los destellos alumbraron
en los límites celestiales de la bóveda
a la ciudad de los arios.
El Arkaim es el granizo del legado de los antepasados
como si el humo de las tinieblas milenarias
con el fuego se dirigiera hasta el cielo, en lo alto.
¡Extiende tus alas, para renacer!
Tras tocar al amanecer, en medio de las tupidas hierbas
se forma mi huella junto a las sagradas colinas
y se fusiona con la huella del pasado
Arkaim...
Si el agonizante mundo está conmigo de aquí en adelante
como si cegara con un polvo estelar al amanecer
y a un suceso distante en los deslumbrantes sueños
Por siempre los dejaremos en el mundo lejano
Si vivimos
¡Arkaim!
La verdad está viva...