Ella creció rápido,
más de algunas estaciones atrás.
Soñaba, cabizbaja
entre los respiros de la ciudad.
''Quisiera, quisiera, quién sabe lo que yo quisiera'',
ella rezaba, apagando la luz.
Él había nacido en los muelles,
pero jamás se había ido.
Siempre le faltaba la respiración,
posponía el mañana para después.
De ella, de ella, decía ''no moriría''
pero después no podía dormir por la noche.
Noche repentina, domingo desperdiciado
entre novedades.
Ríen juntos, termina la espera,
¿será?, quizás.
Y aquí están, jugando a soñar
a decirse promesas, darse palabras,
a hacerse el amor.
Aire de medianoche,
en un minuto ya será lunes,
el amanecer tiene los zapatos rotos,
pero dentro de poco estará aquí.
Verás, verás, ellos iluminan la ciudad,
y juntos, apagan la noche.
La noche pasa, pero la fiesta continúa,
hasta que será,
tal vez por diversión, siempre, por un momento,
¿será?, quizás.
Y se quedan aquí, dándose palabras
los barcos en las sogas, esperan al sol
y a un día mejor.
Y se quedan aquí, dándose palabras
los barcos en las sogas, esperan al sol
y a un día mejor.