El deseo pone libertad
en el esplendor de los cuerpos.
Tu me besas con sabor a sal,
con sabor a sal yo te beso.
Lentamente, suavemente.
Arena y sol,
el mar azul,
contigo yo,
conmigo tu.
Espuma blanca,
dorado amor,
de arena y sol.
La marea canta su canción,
una sensación de aventura.
Y caemos en la tentación
de volver a hacer más locuras.
Bajo un cielo, como fuego.