Sentado en un banco del parque
Mirando a las niñas con malas intenciones
La nariz moqueando
Los dedos grasientos embadurnando la ropa raída
Secándose al cálido sol
Mirando como corren las braguitas con volantes
Sintiéndose cercano a la muerte
Escupiendo pedazos de su suerte rota
Los rayos del sol calientan a un viejo que deambula solitario
Pasando el tiempo de la única manera que sabe hacerlo
La pierna le duele mucho, cuando se inclina para recoger una colilla
Baja a los servicios y calienta sus pies.
Sintiéndose solo el ejército está calle arriba
salvación a la moda y una taza de té.
Aqualung, amigo mío, no te preocupes
Desgraciado, ¿Ves?, soy yo
Todavía recuerdas la niebla helada de diciembre
Cuando el hielo que colgaba de tu barba gritaba agonía
Y arrancabas tus últimas respiraciones estertóreas que sonaban como una bombona de buceo
Y las flores brotan como la locura en primavera