Amor perdido
que, como dicen, es cierto
que vives dichosa sin mí,
vive dichosa,
quizá otros labios
te den la fortuna
que yo no te di.
Hoy me convenzo
que, por tu parte,
nunca fuiste mía,
ni yo para ti,
ni tú para mí,
ni yo para ti.
Todo fue un juego,
no más en la apuesta yo puse y perdí.
Fue un juego y yo perdí, esa es mi suerte,
Y pago porque soy buen jugador
Tú vives más feliz, esa es tu suerte.
¿Qué más puede decirte un trovador?
Vive tranquila,
no es necesario
que cuando tú pases
me digas adiós.
No estoy herido,
y por mi madre, que no te aborrezco
ni guardo rencor.
Por el contrario,
junto contigo le doy un aplauso
al placer y al amor:
¡Que viva el placer!
¡Que viva el amor!
Ahora soy libre,
quiero a quien me quiera.
¡Que viva el amor!