Incluso si un día debiera
dejarte sola y partir
hacia largos atardeceres y conciertos
y no pudieras venir,
yo, amor mío, nunca podría hacerte huir.
Tú en mi interior eres la luz de un día feliz.
Incluso si un día vieras
arrugarse nuestro vestido,
piénsame cuando te detengas
y cuando no puedas dormir.
Yo, amor mío, nunca podría hacerte sufrir.
Tú, en mi interior, eres un jardín de rosas prohibidas.
Búscame allá sobre las orillas
de los ríos que llevan rimas.
Tú búscame allá en las cimas
porque tú, en mi interior,
eres la nieve que se derrite en abril.
Y si un día debiera
dejarte sola y partir.
Incluso si lo que piensas
nunca lo quieres decir,
yo, amor mío, nunca podría hacerte sufrir.
Tú, en mi interior, eres la música que quiero oír.
Sólo tú, en mi interior, eres la música que quiero oír.