El amor se hizo dueño de la noche
con el bosque despierto por testigo,
el deseo acompañando nuestras manos
en el siempre incierto y dulce recorrido.
Nos amamos con palabras olvidadas
y la voz entrecortada y diferente,
nuestro cuerpo estremecido por la fiebre
galopaba hacia otro mundo más valiente.
El amor se hizo amigo de la noche
y la noche se hizo amiga del amor,
y zarpamos rumbo a lo desconocido
escribiendo nuestros nombres en el libro del amor.
Amor de noche,
tú me apartas del día y le das fantasía a mis sueños.
Amor de noche,
tú retienes el tiempo enseñando a vivir a destiempo.
Amor de noche,
tu bengala ilumina esta casa vacía,
la llena de sueños, de historias bonitas que acaban en besos,
espuma de fuego que dura un segundo y me lleva hasta el cielo.
Amor de noche.