Cuando cruces la frontera
entre tu casa y la mía,
para estas manos vacías,
trae amor a manos llenas,
que tengo el alma en sequía.
Tráeme bajo la capa
el frasco de los suspiros,
el veneno que Cupido
pone a las flechas que lanza.
Cuídate por los caminos
de los falsos peregrinos
que al inocente delatan,
por dar vida a lo que muerto estaba.
Y sabes que tu amor es clandestino,
sé que es un juego prohibido,
pero aceptaré el castigo
que me impongan por quererte.
¡Dame amor de contrabando,
líbrame de esta condena!
¡Dame amor de contrabando,
que soy como una alma en pena!
¡Dame amor de contrabando!
Trae las alforjas llenas
de la esencia del pecado,
del sabor de la canela.
Trae tus besos censurados...
que amores como los tuyos
por estas tierras no quedan.
Cuando cruces la frontera
entre tu cama y la mía,
para estas noches tan frías,
trae calor de primavera
y sábanas de alegría.
Tráeme pasión en rama,
en especias, el deseo,
delirio a granel, y a fuego
marca tu huella en mi almohada.
Debes empujar mi puerta,
yo la dejaré entreabierta
y entre las sombras te espero,
con tu contraseña no precisas llaves.
Que tu amor es clandestino,
sé que es un juego prohibido,
pero aceptaré el castigo
que me impongan por quererte.
¡Dame amor de contrabando,
líbrame de esta condena!
¡Dame amor de contrabando,
que soy como una alma en pena!
¡Dame amor de contrabando!
Trae las alforjas llenas
de la esencia del pecado,
del sabor de la canela.
Trae tus besos censurados...
¡Dame amor de contrabando,
líbrame de esta condena!
¡Dame amor de contrabando,
que soy como una alma en pena!
¡Dame amor de contrabando!
Trae las alforjas llenas
de la piel más deseada,
de la ruta de la seda,
de la magia de las hadas...
que amores como los tuyos
por estas tierras no quedan.