Amanecí otra vez entre tus brazos
y desperté llorando de alegría.
Me cobijé la cara con tus manos
para seguirte amando todavía.
Te despertaste tú casi dormida
Y me querías decir no sé que cosa,
pero callé tu boca con mis besos
Y así pasaron muchas, muchas horas.
Cuando llegó la noche
apareció la luna
y entró por la ventana.
¡Qué cosa tan bonita
cuando la luz del cielo
iluminó tu cara!
Yo me volví a meter entre tus brazos
y me querías decir no sé que cosa,
pero callé tu boca con mis besos
y así pasaron muchas, muchas horas.