Desearte siempre, pero no tenerte nunca
dificulta afrontar el mañana porque
sé que volveré a desearte.
Amarte siempre, pero no tocarte nunca
a veces me hace casi más daño del que puedo soportar.
Habría sido mejor que te hubiera dado la espalda y no
hubiera vuelto a mirarte,
porque yo tenía una vida como es debido
hasta que tus ojos se encontraron con los míos.
Y allí percibí un deseo y una sensación por toda
la habitación que tú sentías por mí.
Ojalá hubiera tenido una manera de saber que lo que teníamos en
mente nunca podría ser.
Desearte siempre, pero no tenerte nunca
dificulta afrontar el mañana porque
sé que despertaré volviendo a desearte.
Amarte siempre, pero no tocarte nunca
a veces me hace casi más daño del que puedo soportar.
Amarte siempre, pero no tocarte nunca
a veces me hace casi más daño del que puedo soportar.