Nuestro amor llega siempre al fin,
tú viejecita con tu aire ruin
y yo viejecito saliendo a la puerta.
Pero por la mañana algo extraño sucede,
tú traviesa vienes de la catequesis
y yo travieso corriendo de la escuela,
incluso evitándolo todo se repite,
el encontronazo, la caída y el dolor en el pie
que tu sonrisa siempre me consuela.
En nuestro amor todo continúa,
el primer beso y la luz de la luna,
el casamiento y el sol de enero,
vienen Juana, Clara y Martín,
llegan Pituxa, Laica y Bobi
y una arruga acechando en el espejo
con la artritis, la hernia y la muleta,
tú confundes el nombre de la nieta
y yo no sé dónde puse el dinero.
Nuestro amor llega siempre aquí,
al instante en que yo te miro
con aire de corderito penitente,
pero ni te acuerdas bien de lo que hice
y yo con ésto también me olvidé,
pero contigo me siento contento,
cuelgo la gabardina en el perchero,
me pongo el pijama y me junto a ti
con sonrisa tierna y atrevidamente.
A tu pie frío arrimo el mío calentito
y adormeciéndome allí digo bajito
lo viviría todo nuevamente.