Ven y levantá tu cabeza, abre tus ojos
Ante a la gente,
Hay una multitud esperando por tí,
A caminar por el sendero que guía a la felicidad,
De esa felicidad que es tristeza, que nos aleja
Cuando la furía está dentro de nosotros.
¿Qúe es lo que queda? Abrir de nuevo los ojos
Y caminar tú propio sendero que te lleve al amor.
Tal vez tú eres el uníco que nos guíara
Y abrirá una puerta para nosotros,
A través la cual nos vacíaremos y nos llenarémos de alegría
Sin más penas.
Y contigo camináremos hacía un lugar diferente
Con un ascendiente camino de piedra, un Sol ascendente
Y contigo ascenderémos.
Venir en paz, ese es el uníco camino
Y ese día llegará, cuando sepamos que podemos vivir diferente
Sin más guerras santas, sin más cercas ni banderas
Sin viejos odios y con una fuerte guitarra,
Que tocará y tocará y tocará para nosotros
Otra canción de amor.
Y cuando levantes tu cabeza,
Descubrirás que todos nosotros somos como el viento,
Susurrando, acariciando; y de repente
Somos como una tormenta,
Que esta vacía del tiempo y que camina hacía un lugar certero
Que seguramente, nos guía a todos a la cura que traerá al amor.
Y si tu encuentras esa puerta,
Todos nosotros te seguirémos
Para que no permanezca en nosotros ese vacío
Porque también tenemos un corazón
Que da amor gratis y sin esperar nada a cambio.
Con un ascendiente camino de piedra con nuevos días,
Y termina con los días que hemos vivido en el desierto.
Venir en paz, ese es el uníco camino
Y ese día llegará, cuando sepamos que podemos vivir diferente
Sin más guerras santas, sin más cercas ni banderas
Sin viejos odios y con una fuerte guitarra,
Que tocará y tocará y tocará para nosotros
Otra canción de amor.