"Adiós a los dioses",
bramaba la mar;
"¡Ahora les toca
la hora mortal!"
Y el hombre
tornose huracán...
Desmonta del monte
a pie de pernal;
despeina la selva
mordiendo al caimán...
Y el hombre
tornose bestial.
Adiós a las bestias
que viste el poder:
un rayo plebeyo
rasgoles la piel.
Y el hombre
volvió a nacer...
La masa revuelta
genera su sed;
la tierra, aguerrida,
su especie, su ley...
¡Y el hombre
social fue que fue!
¡Adiós a los hombres
de armas tomar!
¡Adiós a los hombres
que pactan la paz!
Y el hombre
tornose animal:
cruzado de brazos,
se puso a crear;
echado en el mundo,
se puso a adorar...
¡Y el ciervo
tornose deidad!
"Adiós a los dioses",
bramaba la mar;
"¡Ahora les toca
la hora mortal!"
Y, el último
en la humanidad,
tiró esta botella
en el mar...