Acuérdate y escríbeme.
(Cuando llegues a Los Ángeles...)
Y mándame tu número de casa.
(¿Querrás...?)
Seis meses, pienso, bastarán.
(Diviértete, sé que lo harás...)
Está bien separarse, ya veremos.
(Qué vendrá después...)
Yo trataré de combatir.
(La triste y dura soledad...)
Saliendo un poco mas con los amigos.
(De siempre...)
Ahora un rato quédate.
(Escúchame que te diré...)
Regálame un segundo de silencio.
Acuérdate que siempre te buscarás
en una canción que hablará de los dos
y resbalará por tus mejillas una lágrima.
Acuérdate que cuando llores por mí,
soñando conmigo sentada en la cama,
yo estaré allí, cerca de ti.
Te reflejarás en mi mirar.
No te preocupes más por mí.
(Me las arreglo bien así...)
Mejor si puedes cuida de ti misma.
(Amor...)
Te juro que no me enfadé.
(No buscaré culpables...)
Por eso no vas a bajar los ojos.
(Oye al corazón...)
Perdóname las tonterías.
(Por las que echaste lagrimas...)
Mas luego era estupendo hacer las pases.
(Riendo...)
Tu vuelo acaban de anunciar.
(Apúrate o lo perderás...)
Ahora otro segundo de silencio.
Acuérdate de que mañana saldrás
y oculta en el trafico te volverás
porque una palabra, sombra o gesto te emocionarán.
Acuérdate bien que te desnudarás
del bello vestido de nuestros recuerdos
Yo estaré allí cerca de ti.
Te reflejaras.
Sólo el tiempo quizás sepa la verdad,
si mañana tú y yo volvamos a empezar
incapaces de estar ya separados ni tan solo un día más.
Sólo el tiempo dirá si era una mentira
o era cosa de dos buscar otra salida.
Ahora debo morderme hasta los labios si no quiero llorar.
Acuérdate que siempre te buscarás
en una canción que hablará de los dos
y resbalará por tus mejillas una lágrima.
Acuérdate que cuando llores por mí,
soñando conmigo sentada en la cama,
yo estaré allí, cerca de ti.
Te reflejarás en mi mirar.