Tus piernas de tres a seis de la tarde
en la memoria de pronto me arden
y cuando quiero aliviar mi locura
sólo me calma comer aceitunas.
Una aceituna mordida
le ha vuelto a la vida todo su sabor
maravillado, respiro y siento tu olor.
Hoy yo deliro
me corta tu hilo
hasta el limite de la ilusión
como despacio
y alargo el espacio
entre el beso inicial y el de adiós.
Una aceituna mordida
le ha vuelto a la vida todo su sabor
maravillado, respiro y siento tu olor.
Y aquí me tienes
bien aferrado
a la semilla
como colgando de ti.
Tus piernas de tres a seis de la tarde
en la memoria de pronto me arden
y cuando quiero aliviar mi locura
sólo me calma comer aceitunas.