Tus ojos que contemplo con delicia
tienen el mismo brillo de la aurora,
tienen la suavidad de la caricia
y la dulce mirada que enamora ¡ay!
y la dulce mirada que enamora.
Y por eso yo los adoro,
y hasta el fondo del alma me embeleso,
saben llorar de pena cuando lloro
y se llenan de amor cuando los beso ¡ay!
y se llenan de amor cuando los beso.
Tus ojos de mirar adormecido
tienen la placidez del agua en calma,
y muestran en su fondo cristalino
la divina pureza de tu alma ¡ay!
la divina pureza de tu alma.
Y por eso yo los adoro,
y hasta el fondo del alma me embeleso,
saben llorar de pena cuando lloro
y se llenan de amor cuando los beso ¡ay!
y se llenan de amor cuando los beso.