He tocado en todo tipo de lugares
como estoy tocando ahora aquí.
He tocado en bares de maricas,
barras de prostitutas, funerales de motocicleta,
en óperas, salas de conciertos,
en centros de rehabilitación.
Bueno, he descubierto que
en todos estos lugares que he tocado,
todas las personas para las que he tocado
son las mismas personas.
Así que si tu escuchas,
tal vez podrás ver a alguien
que conozcas en esta canción.
La canción más asquerosa.
El chulo del lugar entra,
en actitud lánguida se sienta con una sonrisa
junto a una chica aún por estrenar.
El barman borra la sonrisa de su rostro.
Las delegadas atraviesan el piso,
alardean de cortesía cruzando las puertas,
y lentamente comienza la noche.
Y ahí está Jimmy Butts "Mala suerte"
quien anda loco por
las putas de fin de semana del East Lafayette.
El que está hablando es el abogado con camiseta arrugada,
y todo el mundo está bebiendo los detergentes
que no pueden limpiar sus heridas.
Mientras la Mafia proporciona tus drogas,
tu gobierno se encogerá de hombros,
y tu guardia nacional facilitará los porrazos,
Así que todos se sientan satisfechos.
Y ahí está el viejo playboy Ralph
quien siempre ha sido mas corto que él mismo.
Y está el hombre con la mano en la barbilla,
quién sabe más de lo que nunca entenderá.
Sí, todas las noches es el mismo viejo asunto:
Drogarse, emborracharse, ponerse caliente,
en la Posada de En Medio, otra vez.
Y ahí está el colegial barbudo
con los ojos de madera
que en cada falda perfumada
lanza susurros y suspiros.
Y ahí hay una maestra
que te quiere besar en francés,
quien nunca podría dar amor,
tan solo dar abrazos temerosos.
Sí, amigos,
cada noche es siempre el mismo viejo asunto:
Pacificarse, endurecerse,
amarse en la fiesta del Sr. Desbordamiento, otra vez.
Y ahí está el militante
con su alma de compra-venta.
Hay alguien aquí
quien es casi virgen, he oido.
Y esta ahí Linda hecha de cristal
quién habla del pasado,
se arrodilla, saluda,
hace la señal de la cruz y permanece a media asta.
Sí, están todos aquí:
Los diminutos Tims y los Tíos Toms,
pelirrojas, morenas, castañas
y las rubias teñidas,
que hablan con los perros, persiguen tías
y tienen esperanzas de ser atropellados,
quienes extravían sus sueños
y después dicen que les fueron robados.
Y cada noche esto va a ser el mismo viejo asunto:
Drogarse, emborracharse, ponerse caliente...
Perderse, incluso, en El viñedo de Martha, otra vez.