Te vi como siempre en la estación,
Sonrisa pura... Hoy, de nuevo
Esperas un tren misterioso
Que viene de lejos, si es que va a ninguna parte...
Todo el mundo te conoce y tiernamente,
Te quitan años para darte tiempo:
¡Cuanto tiempo!
Dices que no estás solo en el andén;
Viven contigo sombras y juegos...
Sombras de adiós sin regreso,
Juegos de besos para los bienvenidos
y, en lo alto de los árboles más bellos,
Anidan los amores heridos
Por un tren.
Y, contigo, esperan la señal de la llegada del aire nuevo…
Aire nuevo...
Aire nuevo...
Del paso nuevo,
Del gesto nuevo,
Del tren nuevo
Iba bien...
Te vi de nuevo en la estación
Y, en ti me vio, poco a poco,
Buscando un tren misterioso
Que viene de lejos, si es que va a ninguna parte...
Y veo como duermen los adioses,
Como inquietan los regresos
Por un tren.
Ya que, finalmente, cuando el otoño
Pinta un cielo nuevo en la estación,
Todos esperamos el paso de un tren
Que va muy lejos, si viene de ninguna parte...
Los unos, porque nos llegas tú,
Los otros porque se nos lleva
Este tren.
Y esperamos contigo la señal de la llegada del aire nuevo...
Aire nuevo...
Aire nuevo...
Paso nuevo,
Gesto nuevo,
Del tren nuevo
Que ahora va...
Y viene cada tarde...
Te vi de nuevo en la estación
Y, en, tú me dijiste, poco a poco,
«Todos esperamos el paso de un tren
Cuando el otoño pinta un cielo nuevo.»