En un 9 de abril
Es el trueno y se desboca
con inimitable fragor.
Cien y mil truenos estallan,
y es profunda su canción.
Son los mineros que llegan,
son los mineros del pueblo,
los hombres que se encandilan
cuando salen al sol,
y que dominan el trueno
y aman su recio fragor.
¿Que la metralla los siega
y la dinamita
estalla
y sus cuerpos se disfunden
en partículas de horror,
cuando llega alguna bala hasta el ígneo cinturón?
¡QUÉ IMPORTA!;
Es el trueno y se desboca
con inimitable fragor.
Cien mil truenos estallan,
y es profunda su canción.
Por la boca del truenos
e oye volar el valor.
Son los mineros de acero,
son el pueblo y su dolor.
Salen de una caverna
colgada en la montaña.
Son enjambres de topos
que llegan a morir
sin miedo a la metralla.
Morir, tal la palabra
que es norte de sus días;
morir despedazado,
morir de silicosis,
morir lenta agonía en la cueva derrumbada.