En lo alto de la abrupta serranía
acampado se encontraba un regimiento
y una moza que valiente los seguía
locamente enamorada del sargento.
Popular entre la tropa era Adelita
la mujer que el sargento idolatraba
que ademas de ser valiente era bonita
que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y se oía, que decía, aquel que tanto la quería:
Y si Adelita se fuera con otro
la seguiría por tierra y por mar
si por mar en un buque de guerra
si por tierra en un tren militar.
Y si Adelita quisiera ser mi esposa
y si Adelita ya fuera mi mujer
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.
Y después que terminó la cruel batalla
Y la tropa regresó a su campamento
Por la voz de una mujer que sollozaba
La plegaria se oyó en el campamento.
Y al oírla el sargento temeroso
De perder para siempre su adorada
Escondiendo su dolor bajo el rebozo
A su amada le cantó de esta manera...
Y se oía que decía aquel que tanto se moría...
Y si acaso yo muero en la guerra,
Y mi cadáver lo van a sepultar,
Adelita, por Dios te lo ruego,
Que por mí no vayas a llorar.