Hoy al levantarme de la cama me sentí tan diferente.
Las paredes son mis huesos
y las fotos son recuerdos incipientes.
Al mirar por la ventana no sé dónde empiezo yo
y dónde termina el paisaje.
Tengo la sensación de ser taquilla,
comprador, boleto, tren y viaje.
11 am 89 grados Fahrenheit y yo en la luna.
Mi único recuerdo del que creía ser es que te vi desnuda.
Vuelvo de repente en mí, qué demonios hago aquí.
Maldito el silbido de la cafetera,
que me devuelve a la dualidad.
Espera un segundo, amor.
Lo único común en los dos mundos, eres tú.
Hoy tuve la extraña sensación
de creer en algo que no existe.
Un bohemio, un charlatán, un pseudo padre,
un cantautor, en fin... un chiste.
El silencio habla tan claro cuando el ruido al fin se calla,
que qué quieres que te diga...
Si palabras y conceptos no son más
que impedimentos para ver que somos vida.
11 am 89 grados Fahrenheit y yo en la luna.
Mi único recuerdo del que creía ser es que te vi desnuda.
Vuelvo de repente en mí, qué demonios hago aquí.
Maldito el silbido de la cafetera,
que me devuelve a la dualidad.
Espera un segundo, amor.
Lo único común en los dos mundos.
Eres tú la que enciende el brillo en mis ojos.
La que cruza en rojo todos mis deseos
y aunque esto te pueda parecer de locos
lo más bello en ti, mi amor, son tus defectos.
Tan inteligente que parece ilógico.
Una mujer simplemente digital,
en un mundo absurdo que es tan analógico,
sobre todo, en su manera de pensar.
Tú eres el oasis y ese cable a tierra,
mi paz y mi guerra, dime dónde estás.
11 am 89 grados Fahrenheit y yo en la luna.
Mi único recuerdo del que creía ser es que te vi desnuda.
Vuelvo de repente en mí, qué demonios hago aquí.
Maldito el silbido de la cafetera,
que me devuelve a la dualidad.
Espera un segundo, amor.
Lo único común en los dos mundos, eres tú.