Los problemas en Costa de Marfil dieron origen a un profundo caos,
El resultado fue la desolación y el arrepentimiento,
El arrepentimiento fue toda la violencia de mis hermanos en Guinea, que me hizo sentir,
Los problemas en el Congo se dirigen a la desgracia,
El conflicto no es la solución, el orgullo no es la virtud
Señor, danos sabiduría, danos clarividad.
Los Malíes, vamos a vencer el orgullo que abunda entre nosotros,
Solo trae dolor.
La falta de respeto a nuestro prójimo solo conduce a la falta de armonía
Estas batallas en las que todo el mundo piensa sólo en sí mismo
Trae nada más que la destrucción
El conflicto no es una solución
El orgullo no es la virtud
Señor,
Danos sabiduría, danos clarividad.
El malentendido entre los líderes políticos resulta desconcertante.
¿Puede la culpa ser la causa de estas disputas destructivas?
¿O es la sed de poder?
El conflicto no es la solución, el orgullo es a duras penas la virtud
Señor, danos sabiduría, danos clarividad.
Esquemas fratricidas,
Buenas intenciones destructivas
Gran Mali se vuelca, agobiada
Cimientos retorcidos, atracaderos rotos
El diluvio de mis lágrimas está en pleno apogeo (lleno de aguas caudalosas)
Ardiente es mi dolor.
En mis venas Afro-progresivas
Arde sangre de Bambara impregnada de esperanza
Recortada contra la luz, mi valentía persiste
Contra la corriente mis convicciones resisten
Creo en la sabiduría y en la integridad
La confianza, la dignidad y la humildad.
Creciendo en los corazones de tus hijos
Por la corrección de sus actos
Por su unión y su firmeza
La complicidad y el respeto mutuo
Calmarán el dolor que te corroe
África, te amo
África, te amo
El conflicto no es la solución,
El orgullo no es la virtud
Señor,
Danos sabiduría, danos clarividad.
África maltratada y herida,
¿Por qué mantienes engañado el papel de la bella inocencia?
Sin embargo, mi fe no conoce el fracaso.
Más intensa que nunca
Mi fe no conoce el fracaso
Te amo bella África
África, te amo
Te amo bella África
Eres bella África
Hei hei héhé hei hé
El conflicto no es la solución,
El orgullo no es la virtud