Es por la pena de vivir
por lo que empiezan a preocuparse,
por lo que empiezan a marcharse
en medio de ansias y desesperaciones.
Cuando están allende el mar
tienen los corazones prisioneros,
pero tú los sabes hacer volver,
¡cuán orgullosos están de ti!
Córcega,
Córcega,
Gloria a ti
Y por la pena de esperar
bajan llenando las callejas,
te hablan de libertad
¡cuánta victoria hay en sus gritos!
Y cuando empiezan a hablar
juntos del mismo coraje,
por lo que queda por construir,
haces con ellos el viaje.
Córcega,
Córcega,
Gloria a ti...