De pronto, las escaleras
que llevan al pasado
no son más reducidas de las que tú ves.
No hay razón alguna
para hacer ruido,
confiando en marcharnos de puntillas.
¿De qué están hechos
nuestros miedos?
De grandes dudas,
de grandes secretos
y luces en el cielo,
y viejos desvanes;
de exámenes,
de días mejores.
De pronto, caen los acentos,
se termina el café,
las cortinas que filtran vida,
una sombra en el rostro, un grito de guerra.
Apoyamos desde siempre al mismo partido,
un hilo nos une,
se corta el aliento,
no basta una mano,
o un chasquido de dedos.
Mas dímelo ahora,
si es correcto o no,
que aquí no hay nadie que diga "se acabó".
No olvidaré
que quizás te extrañaré.
¿Sabes? A veces un adiós
es sólo un hasta luego.
Así, me preparo
para preguntarte cómo estás,
y con un hilo de voz te digo "Hola".
Escribo siguiendo las líneas,
una hoja de papel y un nuevo traje.
Aún con retraso,
la música en los auriculares
se mezcla con el frío de esta mañana.
Un pie es un paso
que luego se vuelve un viaje.
El tiempo que escupe minutos de vuelta,
el corazón se parece a un mapamundi
que anda estando quieto.
No olvidaré
que quizás te extrañaré.
¿Sabes? A veces un adiós
es sólo un hasta luego.
Así, me preparo
para preguntarte cómo estás,
y con un hilo de voz te digo "Hola",
pero mi aliento se corta, amor, hasta luego.
De pronto estás despierto,
se enciende la luz
y permanece el recuerdo de escenas confusas,
y lo que era ayer,
con todo y pensamientos,
se ha marchado.
De pronto estás despierto,
se enciende la luz
y permanece el recuerdo de escenas confusas,
y lo que era ayer,
con todo y pensamientos,
se ha marchado.
No olvidaré
que quizás te extrañaré.
¿Sabes? A veces un adiós
es sólo un hasta luego.
Así, me preparo
para preguntarte cómo estás,
y con un hilo de voz te digo "Hola",
pero la voz me traiciona, amor, hasta luego.