Un pedazo de mi sangre
cae rodando hacia el Hualfín,
susurran los algarrobos,
la pepita tierna llora su fin.
Cuánta soledad desierta
pugna por meterse en mí,
y en los ojos de las antas
canta un río de sangre Calchaquí.
Sueño con cantar en paz,
pero ya no puedo más,
sólo pienso en liberar
Andalgalá.
Estas piedras son del viento,
estos muertos son del sol,
Famatina y Nonogasta
galopan tormentos en mi corazón.
Por el río van mis ojos
hacia el tiempo sin saber
que se volverán torcazas
sobre el cielo claro del amanecer,
que se volverán torcazas
sobre el cielo claro del amanercer.
Sueño con cantar en paz,
pero ya no puedo más,
sólo pienso en liberar
Andalgalá.
Sólo pienso en liberar Andalgalá.