De tanto rezar, cada noche, cada día
De tanto implorar a todos los dioses del amor
De tanto cantar tu nombre como un poema
De tanto amarte, tendrás que amarme
De tanto rezar desde el fondo de mi corazón
Y abandonar la esperanza de encontrar la felicidad
Cuando hubiera llorado hasta el fin de mi pena
De tanto llamar, tendrás que venir
De tanto rezar y vivir de la esperanza
Salió el sol, desgarrando la niebla
Podré cantar, gritar, gritar victoria
Me llegó el turno, vino este día
De tanto rezar, ¡el amor... el amor... el amor!