Hoy me pides que regrese
¿tú no crees que es demasiado tarde?,
¿qué ha cambiado de repente
para que tenga yo que perdonarte?
No, no voy a olvidar lo que tú me hiciste.
No, no me trates de enredar;
recuerda que tú te fuiste.
Si quieres otra oportunidad
te juro que te la daré...
Estribillo:
El 30 de febrero al atardecer,
el día que llueva dinero,
cuando el mar esté seco,
y dos más dos sean tres,
ese día tú y yo volveremos.
Cuando el mundo pare, pare, pare de girar.
Cuando el tiempo vaya, vaya, vaya para atrás.
Cuando las sirenas dejen, dejen de cantar.
Ese día tú y yo volveremos.
Aunque el hombre fue a la luna
no te creas que todo es posible.
Todo el daño que me hiciste,
aunque quieras, es irreversible.
No, no voy a olvidar
lo que tú me hiciste.
No, no me trates de enredar;
recuerda que tú te fuiste.
Si quieres otra oportunidad
te juro que te la daré...
Estribillo:
El 30 de febrero al atardecer,
el día que llueva dinero,
cuando el mar esté seco,
y dos más dos sean tres,
ese día tú y yo volveremos.
Cuando el mundo pare, pare, pare de girar.
Cuando el tiempo vaya, vaya, vaya para atrás.
Cuando las sirenas dejen, dejen de cantar.
Ese día tú y yo volveremos.
Ese día tú y yo volveremos.
Ese día tú y yo volveremos.
[Abraham Mateo]
Yo no volveré contigo otra vez.
Tú me hiciste daño, mujer.
Nena, me cansé de ti.
Nena, vete por ahí.
Hasta mi perro sabía que tú no eras para mí.
Ponte guapa que el 30 de febrero yo te llamaré.
Ponte el vestido y los tacones que te regalé;
Si quieres que vuelva, volveré.
Tú espérame al atardecer.
El 30 de febrero al atardecer,
el día que llueva dinero,
cuando el mar esté seco,
y dos más dos sean tres,
ese día tú y yo volveremos.
Cuando el mundo pare, pare, pare de girar.
Cuando el tiempo vaya, vaya, vaya para atrás.
Cuando las sirenas dejen, dejen de cantar.
Ese día tú y yo volveremos.