Pensé que era un buen momento.
Por fin se hacía realidad.
Tanto oír hablar de tu silencio,
dicen que te arrastra como el mar.
Llené de libros mi maleta.
También de fotos tuyas de antes.
Dibujé tu sonrisa junto a la mía.
Me dormí con tu abrigo en el sofá.
Quiero estar a tu lado.
Quiero mirarte y sentir.
Quiero perderme esperando.
Yo quiero quererte o morir.
Y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté qué sería sin ti el resto de mi vida
y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.
Cogí un tren que no dormía
y vi tu cara en un cristal.
Era un reflejo del sol de mediodía.
Era un poema de amor para viajar.
Quiero estar a tu lado.
Quiero mirarte y sentir.
Quiero perderme esperando.
Yo quiero quererte o morir.
Y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté qué sería sin ti el resto de mi vida
y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.
Te perdí... y no te perderé.
Nunca más te dejaré.
Te busqué muy lejos de aquí.
¡Te encontré pensando en mí!
Y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté qué sería sin ti el resto de mi vida
y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer