Como arena entre los dedos,
a contra reloj mi vida,
a la espera de que amanezca,
de que llegue el momento de la vuelta,
como si nada,
como el momento presente,
te buscaré en cada frágil aliento.
Como si fuese amor,
pero más intenso que el dolor,
menos frágil es comprender
que la espera vuelve loco.
Si sólo queda un momento,
si me siento hueca por dentro,
tú protégeme.
Esta noche acúname
porque te necesito,
porque si todo cambia, yo no,
no cambiaré.
Así que acúname,
aunque no estés
ya aquí conmigo cuando despierte,
tú abrázame aún más.
Como el alba de imprevisto,
como sal en mi rostro,
cuando amas hace más daño
hasta la simple respiración.
Si no sientes su calor
en la piel, en el fondo del corazón,
lo buscarás en cada frágil aliento.
Esta noche acúname
porque te necesito,
porque si todo cambia, yo no,
no cambiaré.
Así que acúname,
aunque no estés
ya aquí conmigo cuando despierte,
tú abrázame aún más.
Y otra vez mañana volveré a intentar
levantarme y caer, levantarme y comprender
que quizás no sirva huir lejos
si viajas de corazón ligada a un hombre.
Esta noche acúname
porque te necesito,
porque si todo cambia, yo no,
no cambiaré.
Así que acúname,
aunque no estés
ya aquí conmigo cuando despierte,
tú acaríciame aún más.
Como arena entre los dedos,
a contra reloj mi vida,
como el agua busca el mar,
estarás conmigo.