Noche de verano en la Plas Pigal.
Iba yo sin rumbo y sin rumbo él,
y sin darnos cuenta, como algo fatal,
nos unió el destino trágico y cruel.
Luces en el cielo claro de París,
música en el aire, aspas del Mulán.
Él como Roberto, yo como Mimí
nos sentimos presos en el mismo afán.
Y al pedirle alegre: – ¡Llévame al Mulán!
él me dijo triste: –Ma petit cherie, je ne pas d'argeant.
Bajo los puentes del Sena
se abrió a sus besos mi boca en flor.
Bajo los puentes del Sena
fue mi primera noche de amor.
Bajo los puentes del Sena
vivimos horas de eternidad,
de amor y venturas,
bohemia, ternuras y felicidad.
La bohemia aquella para mí pasó.
Sueños de misterio y amor que se fue.
Ya París es mío y ahora luzco yo
joyas y vestidos de la rue la Pé.
Una noche fría del invierno gris
en auto salimos desde el Tabarán,
y por ver cubierto de nieve París
fuimos donde locos y mendigos van.
Y entre el hampa aquella le reconocí.
Fracasado, dijo: – Ma petit cherie, je ne pas d'argeant.
Bajo los puentes del Sena
mi boca amante le dio calor.
Bajo los puentes del Sena
fue mi segunda noche de amor.
Bajo los puentes del Sena
quise ofrecerle felicidad;
mas en su locura
cambió mi ventura por su libertad.